¿Qué no hace una madre por su hijo enfermo? sale de casa y va en busca de ayuda; gritar; llantos; pide misericordia; mantiene intacta su tenacidad y la certeza de que lo imposible es posible; a veces puede responder a la crudeza de la situación con una lógica sorprendente. El amor y la confianza maternales son sus puntos fuertes. Esta actitud es la fotografía de la esperanza viva y operativa de una persona.
Incluso nuestra esperanza puede entrar en crisis por una dificultad imprevista, por un hecho inesperado que trastorna nuestros planes, o por una enfermedad grave, o cuando se prolonga una situación muy dolorosa y -podríamos añadir- por la falta de paz en el mundo, por las injusticias estructurales; por la grave situación medioambiental del planeta, o por conflictos familiares y sociales… Y una de nuestras debilidades podría ser la falta de perseverancia y confianza.
Debemos creer que el amor fraterno y cooperativo nos permite afrontar situaciones extremas y despierta en nosotros la fuerza necesaria para llevar a cabo nuestros proyectos, y satisfacer las expectativas y necesidades vitales de nosotros mismos y de quienes nos rodean.
Esto es lo que pasó en Saliba. Él también pareció obligado a abandonar su ciudad, Homs (Siria) y a sus padres, ya ancianos. El negocio de fabricación de vidrio de su padre había sido destruido durante la guerra en una ciudad desolada. Como otros jóvenes, Saliba pensó en buscar nuevas posibilidades en otros lugares, pero no desistió. A sus 22 años y con la obstinación de quien no renuncia a hacer algo por su pueblo herido, aprovechó la oportunidad que le ofrecía el proyecto. Reanudar, es decir, abrir una pequeña tienda donde sus conciudadanos pudieran encontrar queso, yogur y mantequilla artesanales elaborados por su madre, además de verduras, aceite, especias y café. Ya tenía un frigorífico y un generador. Además, ayudado por su padre, decidió hacer algo más por su gente los días en que la tienda estaba cerrada, optando por ayudar a las familias menos favorecidas y distribuyendo principalmente alimentos. Su experiencia continúa hoy entre una población que sufre desde hace muchos años una violencia sin precedentes.